martes, 20 de mayo de 2014

Y con la familia...¿QUE HAGO?

La familia no debe dudar en acudir a los profesionales del centro educativo para recibir orientación y asesoramiento sobre las pautas educativas más apropiadas para el entorno familiar.
La evolución positiva en el centro escolar del alumno depende de dos factores:
            ü  La actuación del profesorado
   ü  El apoyo de su propia familia.


El TDAH es uno de los trastornos más sensibles a la acción educativa del entorno, (principalmente familia y escuela). Por ello, una detección temprana (desde la familia o la escuela), un diagnóstico correcto y un buen manejo psicopedagógico, médico y familiar del TDAH favorecerán el buen pronóstico del niño afectado.


SI EL CENTRO DETECTA UN POSIBLE CASO DE TDAH

1. Informar a los padres de los problemas en el aula.
El orientador junto con el profesor - tutor informa a los padres de las dificultades detectadas, y de la repercusión en el aprendizaje del alumno. Para ello aportan datos concretos sobre los problemas de conducta y/o de rendimiento académico detectados, e intentar contrastarlos con los comportamientos que observan los padres en el entorno familiar destacando similitudes y diferencias en el aprendizaje y comportamiento del niño en los dos ámbitos de su vida.

2. A qué profesional orientarles.
Ofrecer la posibilidad de que lo evalúe el EOEP o el orientador del centro. Una vez se conozcan los resultados con el informe de evaluación, orientar a las familias a otros profesionales que puedan confirmar el diagnóstico médico y tratar el problema de forma específica, el pediatra del niño o el médico de familia podrán orientar a los padres hacia el especialista o profesional que, en su opinión, es más adecuado al caso concreto (psiquiatra infantil, psicólogo o neurólogo).

3. Acceso a la información
Sugerir a los padres la conveniencia de acceder a información actualizada. Los orientadores pueden sugerir a los padres títulos de libros y direcciones de páginas web cuya información y contenido sean seguros. Las asociaciones de padres de niños con TDAH, generalmente, ofrecen un servicio gratuito de información sobre el trastorno a las familias.

RELACIONES BÁSICAS COLEGIO-FAMILIA

Es fundamental la coordinación y comunicación entre el centro, orientador psicopedagógico, profesores, familia y/o profesionales externos. La comunicación es muy importante, sin ella es muy difícil que se mantenga de forma consistente la supervisión del trabajo en casa o por parte de los profesionales externos que puedan dar apoyo al alumno, de acuerdo a las expectativas del centro educativo, con el objeto de mejorar el rendimiento académico.

ØDocentes y familia han de tomar la misma actitud positiva.
ØSe deben mantener con el tutor citas regulares (cada 2 o 3 semanas). Acordar con él un seguimiento con el resto de profesores para ver cómo va evolucionando en las diferentes asignaturas.
ØPlanear conjuntamente unos objetivos realistas tanto para padres como para profesores para llevar a cabo entre cada cita. Pocos pero alcanzables. Ir aumentando objetivos según se vayan cumpliendo.
Ø Informar a los padres de todos los aspectos, positivos y negativos: avances en el rendimiento académico, la conducta del niño, estado emocional y relaciones con sus compañeros y profesores. Hacer un seguimiento de los objetivos que funcionan y aquellos que no y trasmitírselos a los padres.
Ø Trabajar conjuntamente y valorar el trabajo realizado por ambas partes.
Ø Comunicar a los padres si se van a efectuar otras medidas de intervención, tanto dentro como fuera del aula: Tipo de intervención, tiempo de la intervención, fechas, duración, lugar donde se va a intervenir, quien realizará la intervención, etc.
Ø No dudar en el diagnóstico: Asumir que las características que demuestra el niño son debidas al trastorno y no a la mala educación que hayan recibido de sus padres.
Ø Uso imprescindible de la agenda.

ORIENTACIONES PARA LAS FAMILIAS

Coordinación con el centro.
§ Aprovechar las entrevistas para hablar de las dificultades encontradas, los progresos y para establecer objetivos conjuntos y revisarlos periódicamente.
§ Centrarse en los aspectos comunes y en los acuerdos y no en las desavenencias.
§ Supervisar la agenda como medio para controlar deberes, exámenes, trabajos, material, etc. y para comunicaciones puntuales con el profesor evitando comentarios que evidencien desacuerdos entre familia y escuela.

Control de la conducta.
§ Hay que hablarles con claridad, de forma directa y mirándoles a los ojos. Las instrucciones deben ser cortas y concretas, paso a paso y asegurar que la han comprendido.
§ Ser coherente en mantener las mismas expectativas en casa y en el colegio: lo que el alumno es capaz de hacer en un ámbito, lo puede conseguir en el otro.
§ Reforzar las conductas positivas. Cuando el comportamiento es el adecuado, hay que indicarlo y felici­tarle por ello.
§ Facilitar comentarios sobre su conducta que puedan ayudarle a entender qué comportamientos son adecuados y cuáles no. Ayudarle a pensar en voz alta sobre los acontecimientos de su vida, sus emociones, sus planes.
§ Establecer normas de disciplinas explícitas, claras, comprensibles.
§ Exponer claramente las consecuencias del mal comportamiento y ser pertinente y coherente en su aplicación. Actuar de forma inmediata.
§ Cuando se incumpla una norma hay que recordarla y actuar en consecuencia, sin dejarse influir por las protestas y sin perder la calma
§ Utilizar la recompensa más que el castigo. Ser persistentes. Los cambios tardan en producirse. El padre y la madre pueden convertirse en un modelo para su hijo dando una imagen adecuada y enseñándole estrategias de autocontrol, planificación, etc.
§. Un ambiente relajado y libre de estrés contribuye a que los niños se muestren más tranquilos. La familia puede ayudar a crear este ambiente en casa.

Establecimiento de rutinas y organización del tiempo.
§ Necesitan más estructuración y supervisión para poder organizarse y manejar el tiempo. Tener unas rutinas y un horario estable les ayuda a afrontar sus responsabilidades en todos los ámbitos.
Realización de tareas en casa.
§ Gestión del tiempo de estudio: enseñarle a establecer unas rutinas a la hora de los deberes, hacer des­cansos breves y frecuentes, realizar lo más difícil al principio cuando la atención es mayor.
§ Optimización del estudio: dividir las tareas en apartados más pequeños. Durante el estudio hacer esquemas que resuman los puntos más importantes y así desglosar la información en apartados de menor tamaño.
§ Organización del material: utilizar un lugar de estudio que sea siempre el mismo y sin elementos que le puedan distraer. Asegurarse de que prepara todo el material necesario para el día siguiente.

§ Refuerzo de la realización de tareas: Valorar positivamente sus esfuerzos y sus progresos, poniendo más interés en la realización de sus trabajos que en los resultados obtenidos.

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